Por su propia naturaleza el volumen de la economía sumergida en nuestro país es una cifra desconocida, pero todos los expertos creen que se encuentra por encima del 20% del PIB. Utilizan para llegar a tal conclusión el inevitable cruce de diversas magnitudes económicas entre las cuales no es baladí la circulación monetaria.

Por otro lado, es fácilmente deducible que un porcentaje de paro como el nuestro, superior al 24% de la población activa sería difícilmente soportable sino fuera compatible con un alto volumen de economía sumergida.

Los ingresos en B supondrían, a tenor del Informe que comentamos, una cuarta parte de los salarios de los empleados. Asimismo, la auscultación del mercado de trabajo nos permite afirmar que las ofertas laborales han subido un 35% en 2014 y superan, por primera vez, el millón desde 2009.

En Andalucía las ofertas solo se habrían elevado el 18% en el pasado año, diecisiete puntos inferior a la media nacional, lo que denotaría que el volumen de economía sumergida existente en dicha Comunidad Autónoma es también, asimismo superior a la media, de manera que la denominada economía B o irregular estaría absorbiendo buena parte del desempleo existente entorno al 35%.